Alguna vez leí en un libro de patología en la universidad "la única forma de no enfermar, es no nacer" y me pareció gracioso. Pero en esa frase se escondía una gran sabiduría.
El sufrimiento es parte de vivir, todo ser que está vivo sufrirá algún tipo de dolor en algún punto de su vida, de hecho, en más de los que quisiera en realidad. Y los humanos han dedicado su vida a modificar su entorno justamente para reducirse el dolor, ya sea en frecuencia o intensidad.
Pero hagan lo que hagan nunca hemos llegado al punto donde realmente no exista o se elimine por completo el dolor lo cual nos lleva a la siguiente cuestión...
¿Realmente es una expectativa realista el no sufrir? No, de hecho no lo es.
PERO si hay algo que podemos hacer.
Hay dos tipos de dolor, el dolor vacío y el que tiene significado. En sí mismos se pueden sentir igual, pero saben muy diferentes uno del otro.
El dolor vacío es uno acotado a un momento y lugar, que no nos lleva a nada y que una vez que acaba simplemente no hay mas que la ausencia de éste. Muy comúnmente este dolor se presenta en situaciones que no elegimos, como los accidentes o cosas que nos pasan simple y llanamente porque estábamos en un tiempo y lugar determinado.
El dolor con significado es parte de un camino, nos señala que hay una transición entre punto A y punto B. Es el tipo de dolor que podemos elegir experimentar porque es el pago que tenemos que hacer para llegar al punto A.
Ejemplo: Hace unos 10 años tuve una caída en patines en el cuál me lesioné la rodilla. Ese dolor estaba vacío, yo no lo elegí pero fue algo que me pasó. El dolor que tuve que elegir, fue el de la recuperación, el de la fisioterapia, el de la frustración de no poder caminar como antes y tener que modificar mis actividades durante mi recuperación.
Pude haberlo no elegido, pero paradójicamente eso sólo me hubiera llevado a más dolor vacío. Pero elegí enfrentar el dolor de la recuperación, del cambio de rutinas, de la paciencia que tuve que tener conmigo misma. Y cada ejercicio de fisioterapia me probaba que al elegir ese dolor yo estaba avanzando en mi recuperación. Y cada día que lo elegí me acerqué más, hasta que lo logré. Ahora que estoy del otro lado, el dolor no lo siento pero la victoria sigue conmigo.
Esto no es algo que sólo yo he pasado, es algo que todos los humanos hemos experimentado alguna vez. Porque si midiéramos el gradiente de dolor desde lo más más más insoportable hasta simplemente una incomodidad pequeñita, el hecho de elegirlo para llegar a Punto B es lo que lo hace significativo.
La conclusión es que realmente no se puede "no sufrir dolor" pero sí se puede elegir el dolor si este es parte del camino a algo más grande.
Cuando lo planteas así te das cuenta que en realidad todos los deseos que puedas tener implican enfrentarte a algún tipo de dolor: incomodidad, cansancio, decepción, frustración, etc. Y puedes elegir no tomarlo... pero imagina los dos escenarios a largo plazo: enfrentarlo o no enfrentarlo. ¿En qué resultan cada uno?
¿Estarías dispuesto a sacrificar tus sueños con tal de no sufrir el dolor que implica luchar por ellos?
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